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El día 1 de marzo se conmemora la llegada de la carabela Pinta al puerto de Baiona con la noticia del descubrimiento de América. En los últimos años se han aumentado los actos para recordar tan histórico suceso y por tal motivo la fiesta se hace coincidir con el fin de semana siguiente al que hasta ahora era día de fiesta oficial.
Se celebra en las calles del casco antiguo y los paseos aledaños una fiesta medieval en la que se ofrecen los productos de artesanía que se consumían en el siglo XV. Músicos, juglares, malabaristas y artesanos recorren esos días las calles reviviendo aquel hecho. Además, se escenifica la reconstrucción del relato que Martín Alonso Pinzón y sus tripulantes hicieron de la gesta del descubrimiento al corregidor de Baiona el día 1 de marzo de 1493.
Los actos se completan con una ceremonia oficial en la que participan los representantes de los ayuntamientos de Palos de la Frontera, Santa Fe de Granada y Pornic, villas hermanadas con la de Baiona.
Desde el año 2010, la Fiesta de la Arribada está considerada de "Interés Turístico Nacional".
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Fecha: 16 de julio
Como ocurre en la mayoría de las villas costeras españolas, los marineros celebran esta fiesta sacando a su santa en una colorida procesión marítima por las aguas de la ría. Al finalizar la travesía se acostumbra a hacer una ofrenda por las personas fallecidas en el mar, arrojando una corona de flores a las aguas del puerto. La fiesta se completa con diversos actos religiosos y profanos, actuación de bandas de música, fuegos de artificio y salida de gigantes y cabezudos.
(Fecha: 16 de julio)
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Fecha: 20 de julio
Fiesta religiosa en honor de la Virgen y mártir del siglo II, hija de Baiona, nacida –como sus ocho hermanas gemelas– del poder fecundador que las aguas de la Fuente cristalina concedieron a su madre, esposa del gobernador romano de Galicia y Lusitania.
Finalizada la misa y la procesión con la imagen de la santa, se celebra un baile popular en la plaza que lleva su nombre, con actuación de bandas de música, gaitas gallegas y salida de gigantes y cabezudos.
(Fecha: 20 de julio)
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Fecha: 1 de septiembre de 2013
En la explanada del monte Sansón, lugar donde se halla el monumento dedicado a la Virgen de la Roca, se celebra en esta fecha una popular romería campestre. La fiesta se completa con un concurso de bailes regionales, la actuación de grupos de coros y danzas y con la hermosa danza de las espadas concebida antiguamente por los marineros baioneses.
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Fecha: 27 de septiembre
En este día se celebra un acto religioso en honor de los dos santos y otros añadidos en que, como obliga la tradición, algunas "parrandas" de romeros ofrecen a los Santos –en agradecimiento por los favores recibidos– productos del campo, figuras de cera, mortajas y donativos. Para cumplir con las ofertas hechas por los baioneses, las imágenes de San Cosme y San Damián son llevadas varias veces en procesión alrededor de la ermita en que se guardan.
Esta fiesta es también conocida popularmente como la Fiesta de la miel y las nueces. Durante dos días (26 y 27), se celebra en la Plaza de Santa Liberata un mercado en el que se venden miel, nueces y otros productos agrícolas.
(Fecha: 27 de septiembre)
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Aunque la Constitución de 1978 estableció la aconfesionalidad del Estado, la población española es mayoritariamente católica y todas los municipios siguen celebrando sus tradicionales fiestas religiosas. Las parroquias son las unidades religiosas de las 67 diócesis existentes y cada una de ellas tiene un patrón. Las fiestas en honor a cada uno suelen consistir en oficios religiosos a los que en ocasiones sigue una celebración profana.
Baiona: Virgen de la Anunciada (primer domingo de agosto).
Baíña: Santa Marina (18 de julio) y Santa Marta (18 de agosto).
Baredo: Virgen de la Cela (primer domingo de julio).
Belesar: San Lorenzo (10 de agosto).
Santa Cristina da Ramallosa: Santa Cristina (24 de julio).
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La sierra de A Groba, que une los municipios de Baiona y Oia, es uno de los pocos lugares donde aún se celebran los curros o rapa das bestas, una de las más vistosas celebraciones ancestrales gallegas. Allí se marcan cada año los miles de caballos salvajes que campan en las laderas de la sierra de A Groba. Aunque viven libremente, los caballos pertenecen a las comunidades vecinales de montes.
Algunos de los petroglifos encontrados en la zona atestiguan la presencia de estos animales hace cinco mil años. En recuerdo a eso, los dibujos de los hierros son similares a los grabados por sus antepasados sobre las rocas.
El día grande de esta fiesta es el domingo. Ese día, a media mañana, los ganade- ros bajan a las manadas de caballos desde el monte hacia el curro (el corral). Una vez aquí se separa a los animales para marcarlos. Para ello, los bestalleiros se abalanzan sobre ellos y los derriban: los potros nacidos durante el año se marcan con un hierro candente y a las yeguas se les cortan las crines. Las yeguas preñadas, las crías y los caballos vendidos o destinados a trabajar en labores agrícolas se conducen a otros curros.
Esta espectacular celebración está teñida de un aire festivo, y es común que junto a los curros haya puestos donde degustar pan de maíz, pulpo, vino y empanada, tan típicos en las romerías gallegas.
Curros de caballos en los montes de Baiona y Oia
Valga (Oia) (2º fin de semana de mayo). Pendiente de confirmación
Torroña (1º fin de semana de junio). Pendiente de confirmación
Mougás (2º fin de semana de junio). Pendiente de confirmación
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Desde 1574, año en que se constituyó la Hermandad de la Santa Casa de Paz y Misericordia, los actos de la Semana Santa son organizados por esta cofradía religiosa, cuyas tradiciones seculares convierten en extraordinarias estas fiestas religiosas. La procesión de los Pasos (Jueves Santo) –escenificada con figuras vivientes– o la del Santo Entierro (Viernes Santo), en la que los Cofrades de la Hermandad encapuchados acompañan al Cristo yacente, prueban la veneración y solemnidad con que se concibe la Semana Santa en Baiona.
La Hermandad de la Santa Casa de Paz y Misericordia de Baiona
La tradición de los entierros de los Hermanos Cofrades
El patrimonio artístico de la Capilla de la Misericordia
La Semana Santa en Baiona
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Es, probablemente, por su peculiar concepción, el monumento más conocido del municipio. Fue construido en granito sobre las rocas del monte Sansón por el gran arquitecto porriñés Antonio Palacios, autor de edificios y arquitecturas destacadas de estilo modernista. La obra fue inaugurada en 1930, tiene 15 metros de altura y representa a la Virgen sosteniendo en su mano derecha una barca-mirador al que se accede por una escalera interior de caracol realizada en piedra. La cara y las manos de la Virgen son de mármol blanco, obra de Ángel García, y su corona fue construida en porcelana.
Junto al monumento se levantó más tarde un parque recreativo de gran superficie, dotado de Vía Crucis, bancos y mesas de piedra, en el que se celebra el último domingo de agosto la popular romería dedicada a la Virgen.
(Nota: con motivo del paso por Baiona de la Vuelta Ciclista a España, esta romería se celebrará el 1 de septiembre de 2013)
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El paseo Marítimo de Baiona es probablemente el más atractivo bulevar costero de todas las villas de la provincia. Más aún que en otras poblaciones desarrolladas a partir de su puerto, su antigua concepción urbanística le permitió integrarse impecablemente al núcleo poblacional. Hoy el Paseo, ampliado y restaurado, es un elemento arquitectónico funcional y estético, ideal para detenerse a contemplar la bahía o las blancas galerías acristaladas de la fachada marítima. La acera opuesta al mar es una larga avenida comercial que reúne restaurantes, terrazas, hoteles y tiendas de productos de alta calidad.
La longitud actual de los distintos tramos de paseo marítimo sobrepasa los cinco kilómetros. El paseo Marítimo llega hasta A Ramallosa, un amplio espacio peatonal de más de 3,5 kilómetros que circunda y aisla del tránsito rodado toda la costa del municipio y el estuario del Miñor hasta su unión con el ayuntamiento de Nigrán.
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Aunque la muralla fue construida hacia 1337 (según se deduce de una cédula dictada por el rey Alfonso XI), parece que el castillo ya existía desde el siglo X. La fortificación de Monte Real se levantó a causa de las desavenencias entre Alfonso XI y el rey de Portugal.
En 1497, los Reyes Católicos ordenaron a la población de Baiona que pasase a vivir dentro del recinto amurallado, pero no fue ése el deseo de los vecinos, que tan sólo aceptaron los designios de los monarcas unos años. Después, la fortaleza se fue convirtiendo en residencia de los diferentes gobernadores militares de la fortaleza, entre ellos el conde de Gondomar.
Hoy el recinto de Monterreal está convertido en Parador de Turismo y mantiene las tres torres desde las que se vigilaba la fortaleza. A la entrada está la Torre del Reloj (que escondía una campana que servía para dar la alarma en caso de ataque enemigo); al este se yergue la Torre de la Tenaza, cuyo cometido era defender el puerto mediante unas baterías de tiro, y, en la parte más oriental de la fortaleza, sobre la bahía, está la Torre del Príncipe, quizá la más antigua, que actuaba como faro para los navíos. Ésta última tiene tres escudos (de los Austrias, de los Sotomaior y el de la villa) y debe su nombre a que en ella estuvo preso el príncipe portugués Afonso Enriques en el 1137.
La fortaleza puede visitarse cualquier día del año. Desde ella es agradable presenciar las magníficas puestas de sol sobre la ría y sobre las islas Cíes y la línea marítima sobre la que se estira Baiona.
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El Parador de Turismo “Conde de Gondomar” es uno de los mejor situados de toda la red de Paradores. Tiene 180.000 m2 de superficie y 3 kilómetros de muralla, construida en el siglo XIV por el rey de Castilla a causa de las discordias con su homónimo portugués.
A finales de 1998 se volvió a abrir tras un corto período de reforma, en el que se añadieron habitaciones de clase superior y se habilitaron espacios para gimnasio, sauna y jacuzzi. En esa época tuvo lugar en el Parador una cumbre entre los jefes de estado iberoamericanos.
En el siglo XVIII fue residencia privada del conde de Gondomar. Cuentan los empleados del Parador que todos los años por la misma época acude aquí una mujer madura que dice estar citada con el espíritu del conde y que cada noche, bajo la luz de la luna, se sienta a esperarlo en un banco de la muralla. Sobre esos románticos encuentros hablará algún día la leyenda.
De ambiente señorial
Como el resto de Paradores españoles, el de Baiona está decorado con mobiliario castellano y complementos de otras épocas. Cuenta con infinidad de rincones, estancias agradables de distintos ambientes y espaciosas habitaciones con vistas a la bahía. Su oferta gastronómica es también excelente, basada en una carta en la que se distinguen las especialidades típicas gallegas.
Un mirador sobre el océano
Mitad fortaleza medieval, mitad pazo gallego, el Parador ocupa la península de Monterreal, un espléndido mirador sobre el océano rodeado por un hermoso bosque de vegetación autóctona. En su recinto se mantienen las antiguas torres defensivas que formaban parte del castillo.
Cualquier visitante puede acceder al recinto de Monterreal y desde allí presenciar todo el entorno marítimo de Baiona y las soberbias puestas de sol sobre la ría.
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En 1866 se inauguró el Faro Silleiro, situado en el cabo del mismo nombre, parroquia de Baredo. Una lámpara de mecha que utilizaba aceite vegetal fue su primer combustible, sustituido en 1909 por una lámpara de petróleo.
El 3 de agosto de 1924 se inauguró el nuevo edificio en lo alto de la montaña, a 85 metros sobre el nivel del mar y a unos 250 de la orilla de la punta de A Negra. El edificio tiene adosada a su fachada oeste la torre del faro y, próximo a él, pueden verse las ruinas de una batería de tiro de la armada, con sus cañones taponados.
Desde 1960 tiene una lámpara de 3.000 watios que se puede ver a 40 millas con tiempo despejado.
Unos años antes se le había instalado una sirena, unas lentes de 25 kilómetros de alcance para orientar a los aviones y un emisor eléctrico con alcance de 200 millas y frecuencia 310,3 A2.